Por Luis Álvarez López
Lorgia García Peña, Bordes de la Dominicanidad. Traducción de Ramón Antonio Victoriano Martínez. Santo Domingo: Editorial Universitaria Bonó, Diagramación letra gráfica, 2020.
Escribo esta reseña crítica en marzo del 2021 desde New York. Leyendo las noticias en la prensa y siguiendo los noticieros en la televisión, los aspectos más destacados son los continuos ataques xenofóbicos contra los migrantes chinos y orientales. Ataque que han culminado en el asesinato de múltiples trabajadores chinos y de otros grupos raciales, recientemente ocurridos. Estas noticias le dan más vigencia a la publicación que comentamos, pues se trata de un ataque sin sentido contra una población migrante trabajadora, vulnerable, simplemente porque son asiáticos y a los cuales se les culpa por la inmensa tragedia del covid -19.
El asesino fue un joven blanco que parece haberle dado crédito a la propaganda circulando en las redes sociales de que covid- 19 es un virus que fue manufacturado en china. ¿Qué culpa tienen estos trabajadores migrantes de que la pandemia del Covis 19, haya sido una tragedia de tal magnitud en Estados Unidos? Daremos respuestas a estas preguntas reseñando el libro, pues el mismo plantea, como el estado nacional dominicano ha creado una identidad excluyente contra la población negra originaria de la nación y la población negra inmigrante y, además la ha criminalizado como se muestra en la matanza del Perejil (1937) y los ataques y prohibiciones a las religiones afro-dominicanas y el asesinato del líder afro-religioso Liborio por parte de los militares interventores entre 1916-1924. Los estados capitalistas han creado políticas racistas que han sido interiorizadas por amplios sectores de la población, y en ocasiones algunos ciudadanos se creen con derecho de atacar a migrantes negros, haitianos, chinos y de otras nacionalidades que no responden a los criterios somáticos de las minorías blancas.
La autora fue profesora asociada del Departamento de Estudios de Lengua y Literatura de la Universidad de Harvard, Cambridge Massachusetts desde el 2013. En Harvard fue fundadora del primer diplomado de Estudios Latinos. Fue nombrada profesora distinguida del Massachusetts Instituto de Tecnología, (MIT, 2018). Sus estudios universitarios los realizó en la universidad de Rutgers donde obtuvo una Licenciatura en Periodismo y una Maestría en Literatura y Cultura Latinoamericana, New Brunswick. Se doctoró en Estudios Americanos, con una especialización en Latinos/as estudios, en la Universidad de Michigan, Ann Arbor. El libro reseñado fue publicado originalmente en inglés como Nations and Archives of Contradictions (Naciones y Archivo de Contradicciones), Duke University Press, 2016.
El libro fue publicado en español, por el Instituto Bonò (Bordes de la Dominicanidad, Santo Domingo: Editorial Universitaria Bono, 2020) como parte de la importante iniciativa de hacer conocer al público dominicano las publicaciones de importantes trabajadores culturales de la diáspora dominicana en los Estados Unidos. La iniciativa se inició con la publicación de Silvio Torres Saillant, El Retorno de las Leyes. Ensayos sobre Diáspora, Democracia y Dominicanidad y continuará con el libro de Ginetta Candelario, Black Behind the Ears (El Negro Detrás de la Oreja).
El libro reseñado contiene 337 páginas y está integrado por una sección introductoria con el agradecimiento y prólogo, donde se explicaban los cincos conceptos que guían la obra de García Peña. Quisqueya Lora y Pablo Mella señalaron los cinco conceptos “la Contradicción, los Cuerpos Racializados, la Frontera, los Rayanos, y el Nie”, a partir de los paradigmas mencionados, la clase dominante creó e implementó una dominicanidad excluyente, opresiva, la cual invisibiliza y criminaliza a la mayoría negra de la población de ambas islas: los dominicanos negros, los inmigrantes negros haitianos y los dominico-haitianos (Pp.11-51).
Las otras partes del libro están divididas en dos secciones, en la primera, Creando el Archivo (59-98), hay tres capítulos, Las Vírgenes de Galindo, De Bandidos y Cueros, (111-149), y Hablando en Silencio (167-201). La segunda sección, La Diáspora Contradice, tiene dos capítulos, el cuarto: Conciencia Rayana y el cinco: Escribiendo desde el Nié. El libro finaliza con el epílogo y con una última parte intitulada Saber Hacer (219-337).
Desde el punto de vista metodológico el libro asume una perspectiva multidisciplinaria, combinado el análisis de la teoría crítica de la raza y elemento de la teoría del feminismo inter seccional junto al uso de los lúcidos planteamientos de Michel Rolph Trouillot y su publicación Silenciando el Pasado el Poder y la Producción de la Historia. Granada, editorial Comares, S. L. 2017. Especialmente el aspecto que destaca como las relaciones de poder intervienen en el proceso histórico para silenciar algunos acontecimientos, ofrecer la visión unilateral de los hechos pasados y silenciar la participación de los grupos negros. El proceso histórico dominicano y caribeños es fructífero para el análisis que aparece en el texto, si se enfoca la historia desde la perspectiva de los grupos subordinados: indígenas, negros y otros inmigrantes, como cocolos, haitianos, chinos, japoneses y coreanos, que fueron victimizados por las clases dominantes blancas europeas y las burguesías criollas. Las contradicciones principales no fueron las contradicciones de clases, sino las contradicciones étnico-raciales que eran de carácter transversal. Fueron los hombres blancos los principales explotadores, los que oprimían a los grupos de color: indígenas, negros, chinos, japoneses, coreanos, hindúes, y a las mujeres, incluyendo las mujeres blancas.
El libro por su contenido es un libro contestatario, desafiante e irreverente y se une a la creciente literatura dentro y fuera del país que cuestiona la visión hegemónica de la dominicanidad como una identidad basada en las esencias culturales hispánicas: lengua, religión, cultura y territorio. Pero va mucho más allá al demonstrar algunos de los mitos fundacionales sobre los cuales se ha creado la nación y la “criminalización de los cuerpos negros en el proceso histórico dominicano” al igualar al negro con los haitianos, amenaza principal de la nación dominicana.
Discutiremos cinco puntos cruciales en el libro que merecen examinarse:
1-El surgimiento de una literatura de la diáspora, lo que la autora llama, “poética de la dominicanidad ausente”, expresada en la obra de Junot Díaz, de Rita Indiana, Josefina Báez, Diógenes Abreu, Julia Álvarez, Cristina García, Achy Obejas, Nelly Rosario y otras importantes publicaciones. Otros trabajadores culturales se destacaron en las ciencias sociales, Ramona Hernández, Antony Stevens, Silvio Torres Saillant, Sarah Aponte. Milagro Ricourt, Luis Álvarez López, Franklin Gutiérrez y Francisco Rodríguez de León.
Muchas de estas producciones fueron usadas como base para algunos de los agudos planteamiento de la autora. No es una poética de la dominicanidad ausente, es una poética de la diáspora dominicana, afirmo yo, que está muy presente en la dominicanidad, aunque no viva en la media isla, pues la realidad es que estamos viviendo en el período de la globalización.
2-El segundo comentario tiene que ver con el capítulo, sección 2, De Bandidos y Cueros: La ocupación estadounidense y la criminalización de la Negritud Dominicana, Pp. 111-201. Capítulo muy bien logrado al analizar la Invasión Norteamericana de la República Dominicana (1916-24) y Haití (1915-1934), por la utilización de fuentes primarias provenientes de los archivos militares norteamericanos y la documentación dominicana como las fuentes históricas dominicanas proveniente de la literatura como las salves y la novela. Su análisis también fue mucho más lejos al lograr articular la opresión racial y de género de que fueron víctimas los sectores populares afro dominicanos y sus resistencias como respuesta a las políticas de opresión.
FUENTE: Periódico El Caribe (https://www.elcaribe.com.do/gente/cultura/lorgia-garcia-pena-bordes-de-la-dominicanidad/)